Si vives en este mundo, probablemente habrás usado más de una vez el CVV, aunque quizá no hayas sido plenamente consciente de ello. Las siglas CVV corresponden con el término Card Verification Value. Detrás de este código se esconden unos cuantos secretos. ¡Descúbrelos!
Tabla de contenidos
1. ¿Qué es el CVV de una tarjeta y para qué se utiliza?
En castellano, el CVV se conoce de distintas formas: Código de Verificación de la Tarjera, Verificación de Datos de Tarjeta, Número de Verificación de la Tarjeta o simplemente Código CVV.
Todos significan lo mismo. El CVV es un código de tres o cuatro dígitos situado en la parte trasera de la tarjeta de crédito o débito. Se utiliza como medida adicional de seguridad en todas las compras online. En las tarjetas virtuales es menos común, aunque algunas también lo incorporan.
El CVV es la piedra angular para prevenir fraudes y estafas. Elemento clave para proteger las transacciones y paso obligatorio en todas las plataformas online de pago justo antes de hacer clic en el botón de compra.
2. ¿Por qué es necesario el CVV?
Imagina que alguien ha conseguido hacer una fotografía o memorizar el número de tu tarjeta y la fecha de caducidad de la misma.
Parece complicado, pero puede ocurrir. Si no existiera el CVV, esa persona podría comprar cualquier producto online sin impedimento alguno.
El CVV es una primera capa de seguridad. Un número pequeñito que no debes mostrar a nadie y que valida la transacción con tu banco. Por eso es vital protegerlo (más adelante te contaremos cómo).
Este código no evita estafas frecuentes como el Phishing, pero ayuda a evitar buena parte del fraude online.
3. ¿Cómo se genera y dónde se encuentra en la tarjeta?
El CVV se genera de forma aleatoria durante su emisión para evitar que pueda ser hackeado mediante algoritmos o con sistemas maliciosos.
En la mayoría de las tarjetas de crédito o débito españolas, se encuentra en la parte trasera, en el espacio destinado para firmar.
Pero no siempre es así. Algunos bancos internacionales sitúan el CVV en el frente. Esto ocurre con las tarjetas de American Express o de Revolut.
Es importante que sepas dónde se encuentra tu CVV para protegerlo adecuadamente.
4. ¿Si alguien memoriza tu CVV puede comprar online?
El CVV es un elemento clave para proteger tus transacciones en línea. Al proporcionar este número en una transacción en línea, estás confirmando que eres el titular de la tarjeta y que autorizas la compra.
Esto previene fraudes y estafas, ya que un ladrón no podrá realizar una transacción en línea sin tener acceso al CVV de la tarjeta.
Ahora bien, ¿qué ocurre si una persona ajena consigue el CVV junto con el resto de datos de la tarjeta?
Aquí aparecen los problemas porque podrá realizar compras online sin tu consentimiento. Sin embargo, cabe recordar que el CVV es solo una capa de seguridad.
Esto quiere decir que hay más capas (muchas más) para verificar que eres tú y solo tú la persona que está detrás de la pantalla.
Si tu banco detecta una actividad sospechosa o anómala, detendrá la operación. En cualquier caso, también puedes denunciar esas transacciones no autorizadas, hoy en día es posible anular un pago con tarjeta.
5. CVV dinámico, el “nuevo concepto” que acabará imponiéndose
Puedes pensar que tener un CVV impreso en la tarjeta es un método obsoleto y que tenderá a desaparecer. Si es así, no te falta razón. De hecho, algunos bancos están empezando a emitir tarjetas sin CVV. Ahí es donde surge el CVV dinámico.
Este código dinámico es una forma avanzada de autenticación de las tarjetas de crédito y débito que proporciona una mayor seguridad a las transacciones online. En lugar de utilizar el código impreso en la parte posterior de la tarjeta, el dinámico genera un nuevo código cada vez que se realiza una transacción. Este número se envía a través de un mensaje de texto al titular de la tarjeta y solo es válido para una transacción específica durante un período de tiempo limitado.
Como puedes imaginar, el CVV dinámico ayuda a prevenir el fraude y las estafas en un porcentaje mucho mayor que la “versión estática”. Primero porque desaparece de la tarjeta física y segundo porque la única opción de comprar online es teniendo la tarjeta y el teléfono móvil asociada a ella.
6. Cómo proteger el CVV de las tarjetas
Es probable que el “CVV físico” termine desapareciendo de las tarjetas para aumentar su nivel de seguridad, pero aún no lo ha hecho. La mayoría de tarjetas de débito y crédito siguen añadiéndolo por lo que no queda otra que protegerlo.
Debes protegerlo adecuadamente para garantizar una mayor seguridad en tus transacciones en línea.
6.1 Cinco consejos para proteger tu CVV
- Evita escribirlo en papel: este es un error frecuente. Nunca debes escribirlo en un papel para acordarte de él. Tampoco te lo envíes a ti mismo por email ni lo guardes en documentos de Word o en plataformas online. Ese código es secreto y solo debe estar en la tarjeta.
- No lo compartas con nadie: ni los vendedores ni el banco te lo van a pedir por email o por teléfono. Este código es secreto (como el PIN de la tarjeta). Nunca debes facilitárselo a nadie, sería como darle las llaves de tu casa a un desconocido.
- Mantén tu tarjeta a salvo: si tienes más de una tarjeta es importante que revises periódicamente que sigue estando donde debería estar (en tu cartera, por lo general). Un robo o pérdida debe ser comunicada de inmediato al banco.
- Revisa los movimientos de tu cuenta corriente: para evitar estafas que tengan al CVV como protagonista también debes comprobar de vez en cuando los movimiento de tu cuenta bancaria. Es importante detectar los movimientos sospechosos a tiempo.
- Usa sitios web seguros: realiza tus compras en páginas web seguras. Comprueba que el candadito situado a la izquierda de la URL de la tienda online está cerrado, ese símbolo es la encriptación SSL necesaria para proteger tus datos.
7. ¿Quieres ir un paso más allá en la seguridad de tus compras online?
Una excelente forma de mejorar la seguridad en los pagos por internet es complementar las ventajas del código CVV con el poder de las tarjetas virtuales de un solo uso.
Son la alternativa ideal para mejorar la seguridad en las compras por internet ya que se generan para realizar gastos concretos. Además, eliminan los típicos problemas que surgen al compartir las tarjetas corporativas, como pérdidas, posibles fraudes internos, etc.
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