Si has hecho una factura alguna vez, seguramente el concepto de base imponible te resulte familiar. Vamos a ver qué dicen las leyes y la Agencia Tributaria acerca de este término financiero, cómo se calcula y qué deben tener en cuenta las empresas para gestionar el cómputo de manera eficiente.
Tabla de contenidos
1. ¿Qué es la base imponible?
Según el artículo 50.1 de la Ley General Tributaria, la base imponible es la magnitud dineraria o de otra naturaleza que resulta de la medición o valoración del hecho imponible. Se trata de la cantidad sobre la que se calculan los impuestos de una factura, que puede ser económica o no monetaria.
En palabras más sencillas, podríamos decir que la base imponible nos indica el valor de venta de un determinado producto o la prestación de un servicio. Pero a este producto o servicio hay que añadir los impuestos.
La gran mayoría de las operaciones económicas están sometidas a la aplicación de ciertos impuestos. En el caso de las empresas, el IVA, el IRPF y el impuesto de sociedades suelen ser los tributos más habituales. Pues bien, la base imponible nos indica la cuantía sobre la que se tienen que calcular esos y otros impuestos aplicables.
El resultado del cálculo es la cuota tributaria. La cuota tributaria se suma a la base impone para obtener el importe final de la factura.
1.1. ¿Qué se incluye en la base imponible?
Ya sabemos que la base imponible está constituida por el importe total de la contraprestación o crédito efectivo a favor de quien realiza la operación gravada. ¿Pero de qué se compone dicha contraprestación? Según la Agencia Tributaria, para obtener la base hay que tener en cuenta los siguientes conceptos:
- Comisiones.
- Gastos de transporte.
- Envases y embalajes (incluso los que se puedan devolver).
- Seguros.
- Primas por prestaciones anticipadas.
- Deudas asumidas en contraprestación de la operación.
- Cualquier otro gasto que se repercuta al destinatario de la operación (salvo suplidos).
1.2. ¿Qué elementos no forman parte de la base imponible?
Sin embargo, hay elementos que no se deben integrar nunca en el valor de la contraprestación. Son los siguientes:
- Los descuentos y bonificaciones concedidos antes o al mismo tiempo que se realiza la transacción y que no formen parte de la remuneración de otras operaciones. Si los descuentos se conceden después, hay que modificar la base. Y lo mismo ocurre cuando se devuelven envases o embalajes reutilizables.
- Los intereses por el aplazamiento o demora en el pago que se suelen aplicar en el mercado que se efectúan después de la entrega de bienes o prestación de servicios, pero solo si se incluyen de manera separada en la factura.
- Los intereses fijados por una ley o decisión judicial como consecuencia del retraso en el pago y que tengan carácter indemnizatorio.
- Los suplidos, es decir, sumas pagadas en nombre y por cuenta del cliente.
1.3. ¿En qué se diferencia de la base liquidable?
Conviene no confundir este concepto con la base liquidable. Según el artículo 54 de la Ley General Tributaria, la base liquidable es la magnitud resultante de practicar en la base imponible las reducciones establecidas en la ley que correspondan.
1.4. ¿Por qué es importante?
Determinar la base imponible de las facturas es fundamental para todos los negocios, tanto en lo que se refiere a ventas como a prestación de servicios. Pero también es muy importante en el cómputo de los gastos y la gestión de las compras. Pago de impuestos, detección de fraudes, conciliación… Todo pasa por el cálculo correcto de las facturas.
Sin embargo, para realizar este proceso de manera eficiente es esencial contar con una herramienta que nos permita simplificar la gestión de gastos. Tickelia es una solución en la nube diseñada para la gestión de notas de gastos y viajes de empresa equipada con herramientas que cubren las necesidades reales de los empleados en movilidad y jefes de equipo.
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2. Cómo calcular la base imponible
Según el artículo 50.2 de la Ley General Tributaria, la base imponible podrá determinarse a través de tres métodos:
- Estimación directa.
- Estimación objetiva.
- Estimación indirecta.
Por regla general, las bases imponibles se calculan a través del método de estimación directa, mientras que la estimación objetiva tiene carácter voluntario. Por su parte, la estimación indirecta tiene una función subsidiaria y solo se aplica cuando se produzca alguna de las circunstancias previstas en la ley.
2.1. Método de estimación directa
El artículo 51 de la Ley General Tributaria indica que los contribuyentes y la Agencia Tributaria pueden utilizar el método de estimación directa de acuerdo con lo dispuesto en la normativa de cada tributo. En términos más profanos, este método consiste en obtener la base utilizando los datos reales del contribuyente. Estos datos constan generalmente en sus libros de contabilidad y otros documentos financieros.
2.2. Método de estimación objetiva
Según el artículo 52 de la Ley General Tributaria, el método de estimación objetiva puede utilizarse para calcular la base imponible aplicando las magnitudes, índices, módulos o datos previstos en la normativa propia de cada tributo. Es decir, que se dejan al margen los datos reales para utilizar datos objetivos. Por ejemplo, el número de empleados de la empresa o la cantidad de ordenadores que hay en las oficinas.
La ventaja del método de estimación objetiva es que la empresa siempre va a saber con antelación cuánto tiene que pagar en concepto de impuestos cada trimestre. Es como una tarifa fija. Pero, como contrapartida, la compañía no va a pagar impuestos en función de sus ingresos reales, como ocurre con el método de estimación directa.
2.3. Método de estimación indirecta
Como decíamos anteriormente, el método de estimación indirecta solo se usa cuando no se pueden aplicar los otros dos por falta de datos. Sin embargo, el artículo 53 de la Ley General Tributaria establece las únicas situaciones en las que se puede utilizar:
- Falta de presentación de declaraciones.
- Presentación de declaraciones incompletas o inexactas.
- Resistencia, obstrucción, excusa o negativa frente a una inspección.
- Incumplimiento sustancial de las obligaciones contables o registrales.
- Desaparición o destrucción de los libros y registros contables o de los justificantes de las operaciones anotadas en los mismos, aunque sea por razón de fuerza mayor.
En estos casos, para calcular los rendimientos se emplea cualquiera de las siguientes fórmulas o varias de ellas a la vez:
- Aplicación de los datos y antecedentes disponibles que sean relevantes.
- Utilización de elementos que indirectamente demuestran la existencia de los bienes y de las rentas, así como de los ingresos, ventas, costes y rendimientos que sean habituales en el sector.
- Valoración de las magnitudes, índices, módulos o datos del obligado tributario según los datos o antecedentes de supuestos similares o equivalentes.
2.4. Ejemplo de cálculo de la base imponible en una factura con IVA
Vamos a ilustrar el cálculo de la base con un ejemplo sencillo. Supongamos que una empresa de velas aromáticas importa la soja con la que las fabrica de Hawái.
El coste de la soja es de 10.000 euros. A eso hay que sumar 2.000 euros de impuestos de aduanas y 5.000 euros de los frascos y las mechas. Es decir, que la base imponible en este caso sería de 17.000 euros.