La reestructuración empresarial es un proceso estratégico y metódico que implica cambiar la composición o estructura de una empresa para enfrentarse de manera más efectiva a los desafíos actuales, optimizar recursos y capitalizar nuevas oportunidades de crecimiento. Te contamos en este artículo los principios de esta y cómo realizarla.
Tabla de contenidos
1. ¿Qué es la reestructuración empresarial?
Es un proceso de cambio en la estructura organizativa, operativa, financiera o estratégica para optimizar el rendimiento de una empresa.
La reestructuración implica ajustes significativos para mejorar la competitividad y solventar problemas internos. Debe planificarse cuidadosamente para minimizar impactos negativos y maximizar beneficios. Contar con asesores especializados puede ser clave para el éxito.
2. Tipos de reestructuración empresarial
Existen diferentes tipos de reestructuración según las necesidades de la empresa: operativa, financiera, societaria, laboral, fiscal y estratégica.

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- Operativa: Reorganización de departamentos, automatización de procesos y optimización de funciones.
- Financiera: Ajuste de deudas, emisión de acciones o reestructuración de activos para mejorar la liquidez.
- Societaria: Cambios legales como fusiones, adquisiciones o escisiones.
- Laboral: Ajustes en la fuerza laboral, como despidos o reubicaciones.
- Fiscal: Modificaciones para maximizar la eficiencia tributaria.
- Estratégica: Ajustes para entrar a nuevos mercados o desinvertir en áreas no rentables.
Todos estos procesos deben respetar las normativas legales y considerar las implicaciones internacionales si la empresa opera en múltiples países.
3. ¿Cuándo es necesaria una reestructuración empresarial?
Es clave ante problemas financieros, cambios en el mercado, ineficiencias operativas o modificaciones regulatorias.
- Cambios en el mercado: Nuevas tecnologías, variaciones en las preferencias del consumidor o mayor competencia pueden requerir ajustes para mantener la relevancia.
- Problemas financieros: La reestructuración es esencial cuando hay dificultades de liquidez, rentabilidad decreciente o alto nivel de endeudamiento.
- Ineficiencias operativas: Procesos ineficientes o estructuras organizativas complejas pueden limitar el crecimiento y la adaptabilidad.
- Cuestiones estratégicas: Cambios en la visión corporativa, expansión global o necesidades de innovación estratégica pueden justificar ajustes.
- Cambios legales o regulatorios: Nuevas normativas pueden obligar a las empresas a adaptar su estructura o procesos.
- Fusiones y adquisiciones: La integración de operaciones tras una fusión o la venta de activos no estratégicos requiere ajustes significativos.
- Cambios en la dirección: Un nuevo liderazgo o la sucesión generacional en una empresa familiar pueden motivar una reestructuración.
- Aspectos éticos y responsabilidad social: Mejorar la imagen corporativa o cumplir con estándares de sostenibilidad puede ser un motor para el cambio.

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4. ¿Cómo se hace una reestructuración empresarial?
La reestructuración sigue un proceso meticuloso que incluye diagnóstico, planificación, comunicación, implementación y evaluación.
4.1 Diagnóstico de la situación actual
Evaluar finanzas, operaciones, mercado y aspectos legales es esencial para identificar áreas críticas de mejora. El diagnóstico incluye análisis financiero, revisión organizativa, evaluación de procesos operativos y posicionamiento en el mercado. Esto sirve como base para establecer un plan de acción claro y efectivo.

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4.2 Definición de objetivos
Establecer metas claras, medibles y alineadas con la visión estratégica de la empresa. Los objetivos pueden incluir mejorar la liquidez, reducir costos, aumentar la productividad o fortalecer la competitividad. Es clave priorizar las metas más urgentes y relevantes.
4.3 Planificación estratégica
Diseñar un plan de acción que incluya estrategias financieras, operativas y de gestión del cambio. El plan debe detallar las acciones necesarias, asignar recursos y definir plazos. También se debe prever la gestión de riesgos y la adaptación a cambios durante la ejecución.

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4.4 Comunicación
Informar a todas las partes interesadas sobre los motivos, beneficios y progreso del proceso.
Una comunicación clara y bidireccional genera confianza, reduce incertidumbre y fomenta el compromiso de empleados y stakeholders.
4.5 Implementación
Ejecutar los cambios planificados con gestión del cambio y seguimiento continuo. Incluye la asignación de recursos, formación de empleados y ajustes operativos. La flexibilidad es clave para adaptarse a imprevistos.
4.6 Monitoreo y ajustes
Supervisar el progreso y realizar modificaciones basadas en indicadores clave de desempeño (KPIs). El monitoreo asegura que la implementación siga el curso correcto. Los ajustes permiten corregir desviaciones o aprovechar oportunidades inesperadas.
4.7 Consolidación y evaluación
Estabilizar los cambios y evaluar su impacto a largo plazo. La consolidación formaliza nuevos procesos y estructuras, mientras que la evaluación mide el cumplimiento de objetivos y registra lecciones aprendidas.
La reestructuración empresarial realizada con un enfoque en la ética y el cumplimiento legal no solo minimiza el riesgo de litigios y sanciones, sino que también puede mejorar la moral interna, la lealtad de los empleados y la imagen pública de la empresa, lo cual es crucial para el éxito a largo plazo.
Una reestructuración empresarial puede ser apropiada en varias situaciones clave para mantener la relevancia y eficiencia de una organización. Ejemplos típicos incluyen la reacción a cambios significativos en el mercado, como la entrada de un competidor disruptivo que obliga a una revisión estratégica de las operaciones, o la necesidad de adaptarse a nuevas normativas legales o fiscales que requieren una alteración en la estructura corporativa.
Un caso concreto de reestructuración puede ser la adopción de nuevas tecnologías para automatizar procesos y mejorar la gestión empresarial. Por ejemplo, con la implementación de sistemas como Tickelia, una solución digital que optimiza la gestión de gastos empresariales, las empresas pueden experimentar una transformación significativa en sus procesos administrativos. Tickelia facilita la captura de información de gastos simplemente tomando una foto de los recibos, reenviando recibos por correo electrónico o utilizando Google Maps para calcular el kilometraje. La tecnología OCR de Tickelia extrae datos de hasta 18 campos y puede procesar incluso recibos manuscritos.
Integrar Tickelia no solo ahorra tiempo y recursos al automatizar la entrada y validación de datos de gastos, sino que también permite reasignar al personal que previamente realizaba estas tareas manualmente a roles que generen más valor para la empresa. Además, la solución digital centraliza la información, vinculando automáticamente los gastos digitalizados a las transacciones correspondientes de la tarjeta de crédito, lo que facilita el cálculo y la liquidación de reembolsos. Este tipo de reestructuración tecnológica no solo mejora la eficiencia, sino que también promueve un entorno de trabajo más dinámico y adaptativo.

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