Entender los fondos propios y su impacto en la estabilidad financiera de tu empresa es clave para tomar decisiones estratégicas que impulsen su crecimiento sostenible. En este artículo, te explicamos qué son, su importancia, cómo calcularlos y las estrategias más efectivas para incrementarlos. ¡Sigue leyendo para saber más!
Tabla de contenidos
1. ¿Qué son los fondos propios?
Los fondos propios representan el capital neto de la empresa, es decir, los recursos internos que pertenecen a sus propietarios (accionistas, socios o emprendedores individuales). Incluyen elementos como el capital social, las reservas, los beneficios retenidos y los ajustes por cambio de valor.
A diferencia de los fondos ajenos (préstamos o créditos), los fondos propios no generan obligaciones de pago, lo que otorga mayor flexibilidad y solvencia a la empresa. Son una medida clave de la estabilidad financiera y permiten enfrentar contingencias sin depender de terceros.
2. ¿Por qué son importantes para la estabilidad financiera de tu empresa?
La estabilidad financiera de una empresa depende en gran medida de la proporción y calidad de estos fondos. Cuanto mayor sea el porcentaje de fondos propios en relación con los fondos ajenos, más sólida será la empresa.

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Esto se debe a que una alta proporción de estos reduce la dependencia de financiamiento externo, lo que a su vez disminuye el riesgo de insolvencia en tiempos de crisis económica.
Además, una empresa con una estructura sólida de estos fondos es más atractiva para los inversores y las entidades financieras, ya que transmite una imagen de estabilidad y seguridad.

3. Reservas: ¿qué son y cómo se forman?
Las reservas son parte de los beneficios de la empresa que no se distribuyen entre los socios o accionistas, sino que se mantienen dentro del negocio para fortalecer su posición financiera o destinarse a futuras inversiones. Estas reservas se forman a partir de los beneficios generados y pueden clasificarse en diferentes tipos según su origen y destino.

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Las reservas legales son aquellas que la empresa está obligada a constituir por ley. En España, por ejemplo, la normativa exige que un porcentaje de los beneficios anuales se destine a crear una reserva legal hasta alcanzar un porcentaje específico del capital social. Su finalidad es proteger a la empresa frente a posibles pérdidas futuras y garantizar su continuidad.
Por otro lado, están las reservas voluntarias, que la empresa decide constituir libremente sin estar obligada por ninguna normativa. Estas se utilizan para reforzar la estructura financiera o para cubrir contingencias imprevistas, ofreciendo mayor flexibilidad para adaptarse a las necesidades estratégicas de la empresa.
Y, por último, las reservas estatutarias son las que están previstas en los estatutos de la empresa y, al igual que las legales, tienen un carácter obligatorio. Sin embargo, su constitución y uso dependen de las normas internas de la compañía, lo que permite una personalización ajustada a sus necesidades específicas. En conjunto, estas reservas son una herramienta clave para garantizar la estabilidad y sostenibilidad de la empresa.
4. ¿Cómo calcular los fondos propios de tu empresa?
Calcularlos es un paso crucial para comprender su salud financiera y tomar decisiones estratégicas. Este cálculo permite conocer el valor neto de la empresa y evaluar su capacidad para financiarse con sus propios recursos, sin necesidad de recurrir a financiación externa.

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Fondos Propios = Capital Social + Reservas + Resultados del Ejercicio + Ajustes por Cambio de Valor
Esta fórmula permite obtener una visión clara del valor neto de la empresa, sumando todos los componentes que forman parte de estos fondos.
Supongamos que una empresa tiene un capital social de 500.000€, reservas legales de 100.000€, reservas voluntarias de 50.000€ y resultados del ejercicio de 120.000€. Además, ha realizado ajustes por cambio de valor que incrementan sus fondos en 30.000€.
Aplicando la fórmula, tendríamos:

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Fondos Propios = 500.000€ + 100.000€ + 50.000€ + 120.000€ + 30.000€ = 800.000€
Por lo tanto, los fondos propios de esta empresa serían 800.000€. Este cálculo proporciona una visión clara de la fortaleza financiera de la empresa, permitiendo a los gestores tomar decisiones más informadas.
5. Indicadores de los fondos propios
Los fondos propios son como el pulso financiero de tu empresa: te dicen qué tan estable y segura está. Un indicador clave es el ratio de fondos propios, que mide cuánto de tus activos está financiado con recursos internos. Si este ratio es alto, significa que dependes menos de préstamos y tienes una base sólida para afrontar imprevistos.
Por otro lado, si tus fondos propios son negativos, es una alerta roja. Esto indica que tus deudas superan tus activos, lo que puede poner en riesgo el futuro de tu negocio. En estos casos, es vital tomar medidas rápidas para recuperar el equilibrio.
6. Estrategias para incrementar los fondos propios
Si quieres fortalecer los fondos propios de tu empresa, hay varias maneras de hacerlo. Una opción sencilla es reinvertir los beneficios en lugar de repartirlos. Así, puedes aumentar tus reservas y financiar el crecimiento de tu negocio sin depender de créditos.
Otra estrategia es ampliar el capital, invitando a socios actuales o nuevos inversores a aportar recursos adicionales. Además, optimizar gastos es clave: revisa tus operaciones, reduce costos innecesarios y destina esos ahorros a fortalecer tu patrimonio.
Finalmente, si buscas una solución más estructurada, puedes emitir nuevas acciones para captar fondos frescos sin recurrir a préstamos. Con estas acciones, tendrás una base más sólida para crecer y enfrentar cualquier reto financiero con confianza.
7. Diferencia entre fondos propios y patrimonio neto
Aunque los términos «fondos propios» y «patrimonio neto» suelen usarse como sinónimos, no son exactamente lo mismo. Los fondos propios son una parte del patrimonio neto y representan los recursos internos aportados por los propietarios (capital social, reservas, beneficios retenidos, entre otros).
Por su parte, el patrimonio neto incluye no solo los fondos propios, sino también otros elementos como subvenciones, donaciones y ajustes por valoración, que no necesariamente provienen de los socios.
El patrimonio neto es un concepto más amplio que engloba todo lo que la empresa tiene disponible para financiarse sin recurrir a deuda.

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